Declive abajo ruedan las palabras, cayendo sin que nadie las empuje. Y se paran, por fin, al verse escritas. /////// SAIZ DE MARCO

19.12.13


Los inengendrados no pueden pensar
(los inengendrados no tienen cerebro).

Los inengendrados no pueden mirarnos
(los inengendrados carecen de ojos).

Pero

si los inengendrados pudieran pensar,
si pudieran contemplarnos,
ver cómo somos…

¿nos envidiarían porque un día fuimos concebidos
o
se alegrarían de estar ahí, así: sin engendrar?

¿Y qué opinarían de todo
(de nosotros y de ellos,
de la no-vida y de la vida…),

qué opinarían ellos, los
inengendrados?

Datos personales

Otros textos del autor pueden leerse en los libros "Este sol de la infancia" y "Miedo a no volar", publicados por editorial Acumán. El importe de cada uno es en torno a 8 euros, que se destinan íntegramente a fines benéficos y humanitarios. Puede verse más información en publicacionesacuman.blogspot.com.es