Los inengendrados no pueden pensar
(los inengendrados no tienen
cerebro).
Los inengendrados no pueden mirarnos
(los inengendrados carecen de ojos).
Pero
si los inengendrados pudieran
pensar,
si pudieran contemplarnos,
ver cómo somos…
¿nos envidiarían porque un día
fuimos concebidos
o
se alegrarían de estar ahí, así: sin
engendrar?
¿Y qué opinarían de todo
(de nosotros y de ellos,
de la no-vida y de la vida…),
qué opinarían ellos, los
inengendrados?