Dichoso aquél que no fue golpeado por lo injusto.
Dichoso aquél al que el absurdo no hirió.
Dichoso aquél que no fue mordido por lo cruel.
Dichoso aquél que no fue amputado. Dichoso aquél que está entero.
Declive abajo ruedan las palabras, cayendo sin que nadie las empuje. Y se paran, por fin, al verse escritas. /////// SAIZ DE MARCO